«Tractor y remolque para la Granja-Escuela María Eugenia de Kpedigni»
Lugar: Kpedigni, Notse (Togo)
Dinero solicitado: 23.629 euros Responsable: Mª Magdalena Castro y Asunción Cecilia Pellitero Estado actual: Finalizado |
¿Qué tiene que ver un tractor con un proyecto educativo?
Una pequeña escuela primaria perdida allá en el Togo nos puede dar la respuesta…
Por los años ’90, las Hermanas de la Asunción compraron unos terrenos cerca del pueblo de Kpedigní, a 8 km de la “ciudad” de Notsé que, a su vez, está a 100 km al N. de Lomé, capital del país.
Allí crearon una plantación de teca y una granja para colaborar a la autosuficiencia de las hermanas.
Observando y escuchando a la gente fueron más allá. Y nació una pequeña obra socio-educativa que quiere participar en el desarrollo de una población en situación de “extrema pobreza”, en su mayoría aparceros, venidos del Norte en busca de tierras cultivables.
El pueblo con los campamentos de alrededor, suman cerca de 1.000 habitantes, de los que la mitad son menores. Predominantemente analfabetos, hay entre ellos viudas y mujeres solas, cabezas de familia.
Los jóvenes suelen terminar la escuela Primaria pero muchos emigran sin continuar la Secundaria. ¿Hacia dónde?
Ninguna estructura social del Estado existe: ni agua potable, ni electricidad, ni centro de salud, ni escuelas…
La RESPUESTA a esta situación fue la apertura de una ESCUELA PRIMARIA, 1ª necesidad expresada por la gente.
Más tarde, con ayudas privadas, se perforó un pozo, que con una bomba alimentada por placas solares abastece de agua a toda la población.
Desde el principio se trató de sensibilizar a la gente para dar prioridad a los cultivos de subsistencia sobre el exceso de cultivo de algodón que empobrece el terreno y deja a las familias sin provisiones al final de la estación seca. Fomentar la cría de animales (ovejas, etc.) para mejorar la alimentación y los abonos…, fue otra preocupación.
Sin embargo, algunos problemas relacionados con la escuela aparecían… La escuelita, sin subvención del Estado, tenía que equiparar los salarios de los maestros a los de la pública. Aquí intervino Construyendo Futuro y la sección BECAS nos hablará de ello.
Pero hay más. El trabajo del campo, duro de por sí, se agrava con la irregularidad de las lluvias debido al cambio climático. Los padres y madres echan mano de sus hijos, sobre todo en época de siembra o cosecha. Y aquí está el problema: los niños están obligados a faltar a la escuela para ayudarles.
Hay más todavía. Los jóvenes huyen de ese trabajo duro emigrando hasta Nigeria, Libia, ¿y…? ¡Algo sabemos de las pateras!
Para terminar, algunas mujeres viudas o solas no llegan, cultivando, a sacar a sus hijos adelante y han empezado a buscar “otros medios” que las degradan.
Con todo esto se pensó que un TRACTOR adaptado al terreno, podría aliviar la situación de las familias de Kpedigní: mejorar y rentabilizar los cultivos; liberar a los pequeños para ir a la escuela; ser quizá un aliciente para las jóvenes…
¿Cómo organizar su gestión? Las Hermanas que llevan la granja tienen la experiencia de trabajar con los grupos en animación y formación. Se fijará una cuota según la superficie a trabajar con el tractor. Esto tiene en cuenta el carburante, la paga del tractorista y el mantenimiento.
Para facilitar el pago de esta cuota se acude a un grupo de ahorro tradicional que ya existe. Las reuniones de estos grupos ya se están aprovechando para tratar temas de formación: agricultura, salud, educación de los niños, familia…
Las hermanas participan financieramente con la formación del tractorista (equivalente a 152,50€), pues ellas rentabilizarán también su granja. También llevarán la gestión y supervisión del proyecto.
Ellas como iniciadoras y nosotros como colaboradores “necesarios” confiamos que este proyecto no sea solo una ayuda económica para la gente sino que sirva también para un desarrollo humano completo de las personas, y una apertura de nuevos horizontes para todos.